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Carpe diem

Carpe diem

Hoy, escribo en el blog después de muchos días, pero no para hablar de periodismo, ni de comunicación, ni de nada relacionado con el tema. Esta mañana hemos sabido que el juez y ex ministro socialista del Interior y Defensa José Antonio Alonso ha muerto, a la edad de 56 años, a causa de un cáncer. 56 años. Los medios han dado la noticia, y hemos visto como políticos importantísimos del país daban el pésame a la familia profundamente afectados y le dedicaban unas palabras a Alonso, que a los 28 años también fue uno de los jueces más jóvenes de su época.

Como decía Jano Galán, la muerte no es algo excepcional; la muerte es un hecho que ocurre a diario y en circunstancias muy distintas. Precisamente por ello, porque la muerte es diferente a los 2 años que a los 15 que a los 40 que a los 80, que por enfermedad, que por vejez, que por accidente, que por hambre o que por guerra, no sabemos realmente qué es la muerte; no sabemos (con plena certeza) por qué morimos ni qué hay después de la muerte …

Cuanto mayor me hago, más tiendo a relativizar las cosas que pasan a mi alrededor, porque menos importante me parece todo. Por supuesto que me horroriza Trump y me preocupan los refugiados o la guerra de Siria, y que haya corrupción y trabajadores pobres con sueldos de 700 euros, pero cada día que pasa, más hago mía la célebre frase «Carpe diem» (Horacio, 65-8 aC). Aprovechamos mientras podamos al máximo las cosas buenas y que nos hacen más felices. Porque hoy estamos aquí, y mañana no, y porque por más simple (y absurdo) que suene, fácilmente, nos olvidamos de ello.