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¿Qué tienen en común los portavoces César Cabo y Fernando Simón?

Per Anna Alonso

Uno de los aspectos clave en comunicación, y especialmente en comunicación de crisis, es la figura del portavoz.

El portavoz es la persona que, en un caso de crisis, da la cara por la empresa o entidad; es quien atiende a los periodistas de los medios de comunicación y les explica qué ha pasado, qué medidas se han tomado o qué estrategia se está siguiendo para disminuir los posibles efectos negativos derivados de la crisis. El portavoz representa, en definitiva, las dos caras de una misma moneda: la del problema y la de la solución.

La elección de un u otro portavoz puede condicionar (y mucho) los resultados de una gestión de comunicación crisis. Los motivos son diversos y, probablemente, tienen más que ver con la psicología o la neurociencia, que con el periodismo. Un claro ejemplo lo vemos en el popular ex portavoz de los controladores aéreos César Cabo, que ahora ha vuelto a ganar cuota mediática a raíz del juicio a los controladores por los hechos ocurridos hace exactamente diez años. En 2010, Cabo se convirtió en un personaje de gran popularidad; atractivo, hablaba bien, accesible, nada arrogante … El portavoz perfecto para una de las crisis del sector aéreo más sonadas de los últimos tiempos.

Salvando las distancias, estos días, con la crisis del coronavirus, vemos hablar a muchas personas; sin embargo, destaca, por encima del resto, Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad y portavoz del recién creado Comité de Seguimiento del Coronavirus en España.

Simón, como Cabo, habla bien: es claro en la exposición, tiene un tono amable, no se altera, responde a lo que le preguntan, se muestra firme en las explicaciones… En resumen, reúne todas las cualidades para ser considerado un buen portavoz.

Aún no sabemos cómo (ni cuando) acabará el coronavirus, pero, con Fernando Simón como portavoz, parece que todos respiramos –aunque algunos con mascarilla– algo más tranquilos.